JUPÁ / CASAMIENTO
EL AMOR DIFERENCIA AL SER HUMANO DE LOS ANIMALES, Y ES UN VÍNCULO EN EL QUE SE “RECIBE” POR EL SÓLO HECHO DE “DAR”.
El matrimonio es la celebración del amor, es la forma pública del más íntimo compromiso: apostar todo a la construcción de una pareja, de un hogar común, marco fértil para el crecimiento individual, el desarrollo compartido; la concepción y crianza de los hijos.
En Pardés acompañamos a los novios durante el proceso de análisis y decisión, desde la búsqueda del sentido tradicional del casamiento, la relevancia actual de los símbolos, la organización de la ceremonia, etc.
En todas las formas de la vida el apareamiento entre macho y hembra es un fenómeno natural, en cambio, entre los seres humanos el matrimonio es la celebración del amor, origen de la vida y vehículo de la sabiduría.
El mandamiento “fructificad y multiplicaos” es el mandato Divino que constituye al hombre en representante de Dios, para crear y recrear el mundo. El amor es la razón esencial del misterio de la creación. Por ello el matrimonio es la realización del ideal más elevado de la vida.
LOS SÍMBOLOS:
La Jupá es el símbolo del nuevo hogar que la pareja funda. Un techo común más alto que nuestras cabezas… y un piso común sobre el cual apoyarnos.
Cuando los novios llegan a la Jupa, la novia gira alrededor del novio Siete vueltas, como los 7 días de la creación. La mujer fecunda con su magnética capacidad de atraer y contener la potencia seminal de lo masculino haciendo que dos se vuelvan uno y místicamente así se multipliquen. Las vueltas son en realidad espirales de la elevación mística del amor en el camino de la “Sefirot”.
La copa de vino es el símbolo de la vida. Su forma exterior es un “continente” que asegura que el “contenido” no se derrame!!! al igual que la vida, en la que cuerpo y alma, son recíprocamente interdependientes.
La Ketubá es un Acta Matrimonial instituida en el Pueblo judío desde el siglo II A.E.C. Está escrita en arameo, idioma en el cual se redactaban los documentos legales antiguos. Este documento registra por escrito las recíprocas responsabilidades de la pareja y asegura a la mujer que el hombre cuidará de ella y la respetará como corresponde. La validez de este documento está determinada por la firma de los testigos que más que espectadores son garantes.
Los anillos que intercambian los novios son el símbolo de que el amor y la lealtad los unirán, y siempre compartirán las riquezas materiales. La tradición judía indica que los anillos usados en la ceremonia no deben contener piedras o inscripciones, pues eso haría indefinido su valor. Los anillos se colocan en el dedo índice de la mano derecha, porque es el más visible en presencia de todos los testigos que pueden observar el cumplimiento efectivo de esta norma.
LOS CUATRO MOMENTOS DE LA CEREMONIA:
1) Birkat Eirusin. El matrimonio es la unión de dos vidas en un Pacto, vínculo sagrado como los vínculos de sangre. Con la Copa de Vino (símbolo de vida) en la mano recitamos la bendición que reconoce que Dios es el testigo de este momento.
“Bendito eres Adonai Dios nuestro, Poder Soberano del Universo, Creador del fruto de la vid. Bendito eres Adonai Dios nuestro, Poder Soberano del Universo, que nos has bendecido con Tus preceptos y nos has instruido en las interdicciones concernientes a las relaciones incestuosas y desleales prescribiéndonos las leyes del matrimonio. Bendito eres Adonai que santificas a los miembros del pueblo de Israel por medio del Pacto del Matrimonio.
2) Anillos y Ketuba En segundo lugar la boda también es una aceptación de reglas de funcionamiento social que Dios ha inspirado en la humanidad. El intercambio de anillos y la firma de la Ketuba (acta de matrimonio) junto a los testigos es su expresión.
3) Nisuím / Sheva Brajot: La consagración de la unión consiste en siete bendiciones “Sheva Brajot”, que se recitan con una segunda copa de vino en la mano, que nos recuerdan el acto de la Creación divina en siete días, y que el hombre es la corona. Al multiplicar el amor, el matrimonio se erige como el más genuino acto de identificación del hombre con Dios y “eleva” al Ser Humano a categorías divinas (de ahí la palabra nisuiin que significa elevación). El matrimonio, que hace y feliz a dos personas, es también fuente de esperanza para todo el Pueblo Judío y para toda la Humanidad.
SHEVA BRAJOT (Siete Bendiciones)
Bendito eres Adonai, Dios nuestro, Poder Soberano del Universo, Creador del fruto de la vid
Bendito eres Adonai, Dios nuestro, Poder Soberano del Universo, Creador de todo lo que existe.
Bendito eres Adonai, Dios nuestro, Poder Soberano del Universo, Creador del ser humano
Bendito eres Adonai, Dios nuestro, Poder Soberano del Universo, Creador de lo humano a su imagen y semejanza. Bendito eres Adonai Creador del varón y la mujer.
Que esta alegría y felicidad alcance también a Tzión cuando sus hijos en ella se reúnan. Bendito eres Adonai que alegras a Tzión con sus hijos.
Alegra la vida de los amantes, que ella sea su edén. Bendito eres Adonai fuente de la felicidad de los novios.
Bendito eres Adonai, Dios nuestro, Poder Soberano del Universo; creador de la alegría y la esperanza; Creador del goce, el canto y la dicha; de la vida, el amor, la ternura, la amistad y la paz. Pronto solo se escuche en todas las ciudades de Yehuda y Jerusalem solo el canto de los jóvenes y la alegría de los novios. Bendito eres Tú Adonai Fuente de la felicidad de los novios.
4. Se rompe una copa: así como un solo paso puede romper la copa de vidrio, también un sólo error puede destruir la santidad y la felicidad del hogar. Históricamente, esta costumbre está asociada al deber de cada judío de recordar, aún en los momentos de máxima alegría, las adversidades de nuestro Pueblo, y en especial la destrucción de Jerusalém, cuyas murallas se quebraron como el vidrio de esta copa, por la infidelidad de Israel a los valores esenciales.